El suelo se compone de agua, aire, minerales y materia orgánica. Aunque quizá te parezca increíble, en el suelo habitan miles de formas de vida, que en su mayoría son invisibles para nuestros ojos, y es por esto que muchas veces ignoramos el maravilloso mundo que se encuentra bajo nuestros pies. Es asombroso todo lo que podemos encontrar en él, ¡aproximadamente un cuarto de la biodiversidad del planeta. Esta delgada capa se ha formado lentamente durante miles de años, a partir de la desintegración de esas rocas que se encuentran en la superficie terrestre a causa de la acción del agua, el viento, el sol y los seres vivos. Este proceso aún continúa en nuestros días, sin embargo, se le ha dado un uso irracional al suelo, lo que genera alteración en su formación y, en consecuencia, en sus propiedades, limitando parcial o totalmente la capacidad de cumplir su función. Pues no olvidemos que los suelos se encargan de brindarnos un gran número de servicios ecosistémicos como la regulación climática, la purificación del agua, además, son el hábitat para muchas especies y nos proporcionan alimentos, fibras y combustibles. Hoy en día, las actividades humanas se han convertido en las principales fuentes de contaminación del suelo, ya que éste actúa como una esponja y un filtro para los contaminantes y cuando se sobrecarga, dichos contaminantes pueden ser liberados afectando la salud humana, la calidad de los alimentos y el medio ambiente en general. Tengamos presente que nuestra salud, y la de todos los seres vivos, depende en gran medida de la salud de los suelos, por eso ¡protejámoslos!