Los suelos vinílicos o de vinilo LVT o PVC están en el mercado hace bastante tiempo. Son pavimentos que, a diferencia de los suelos laminados, son 100% resistentes al agua, aptos para todo tipo de estancias y especialmente zonas húmedas como son baños y cocinas. Eran varios los problemas que presentaban este tipo de suelos: Deformación con el calor de los ventanales. Dilataciones y contracciones nada despreciables, con las consiguientes aperturas de juntas. Necesitaban una planimetría de la solera sobre la que se instalaban muy perfecta. Cualquier mueble pesado se podría quedar marcado. La primera solución fue pegarlos con adhesivos específicos, lo que se estabilizaban por completo, los llamados suelos de vinilo de PVC. En un segundo momento fue añadir una base con una mezcla de madera y plastificantes, surgiendo así los suelos vinílicos WPC. Con ellos se mejoraron la mayoría de los problemas de los suelos vinílicos en Click tradicionales pero, si bien actualizaban también su rigidez y los hacían menos propensos a deformaciones, todavía había una asignatura pendiente que era la resistencia a impactos y deformaciones en zonas de mucho tránsito, así como la dilatación y contracción.