No es de preocuparse, solo de tener paciencia y esperar a que todo vuelva a su estado. Es recomendable, una vez localizado marcarlos con algo, un lápiz, por ejemplo, para no olvidar donde era el punto exacto y observarlo. La marca debe abarcar toda el área que roza, ya sea en el marco o el canto de la puerta. Es simple, esperar a que la puerta se deshinche y poder ver el problema que causa esto. Por lo general, suele deberse a la falta de acabado en el canto; ya sea que la pintura se ha desgastado o sencillamente porque no tiene.
Atentos a estas 3 palabras; Lija, cepillo y pintura. Ya sea un problema de índole menor y para ello uses lija, o se trate de uno de mayor envergadura y tengas que cepillar debes recordar que todo en su justa medida ya que profundizar de mas es perjudicial. Si no es necesario lijar ni rebajar, quizá solo necesites pintura.
¿Sigue rozando? ¿Roza de la misma manera que cuando estaba hinchada? Si es así, ya sabes, debes lijar o cepillar, dependiendo del problema hasta que la madera deje de rozar y la puerta funcione perfectamente. ¿Ya no roza ni se atora? Revisa el área, si esta porosa, líjala para lograr un acabado liso. Si se ve bien la madera, revisa entonces el estado de la pintura.
Si ya lijaste o cepillaste, o encontraste que el problema solo es de pintura, pues ya puede aplicarla. Es recomendable que escojas pintura para madera del color de la puerta, si no hay el mismo tono puedes pintar la puerta completa con otro que prefieras.
Parece algo obvio o una tontería pero que hagas una buena aplicación de la pintura y/o barniz te mostrará un acabado final u otro ya que al fin y al cabo es el elemento que protegerá a la madera en la siguiente temporada de lluvias y humedad.