Lo primero que se debe saber antes de la reparación es que se debe comprobar que la humedad ambiente de la vivienda o espacio en cuestión no supera el 60%, pues si no, el parquet volverá a hincharse. Para ello, se debe disminuir la humedad a no menos del 40%, para lo cual podemos utilizar tanto el sistema de calefacción, que ayuda a este propósito, así como aparatos como los deshumidificadores. Lo ideal es que la humedad no cambie bruscamente, lo que también es perjudicial para la madera haciendo que se agriete, sino que lo hagamos a lo largo de unas 2 o 3 semanas. Hecho esto, las zonas del parquet que se hayan dañado notablemente se tendrán que cambiar por otras nuevas, para lo cual sólo tienes que seguir estos pasos.
1. Determina la causa y el alcance de la hinchazón
Lo importante de determinar la causa es que permitirá prevenir en origen la hinchazón del parquet, logrando así que el arreglo no sea en vano. Además, la causa también puede ayudar a reconocer hasta dónde llega el parquet hinchado.
2. Retira el parquet dañado y limpia la zona
Una vez hayas decidido qué tipo de arreglo se adapta mejor al grado de extensión de la humedad en el parquet, vamos a abordar la reparación parcial o puntual del suelo, es decir, sólo de los listones dañados, dejando intacto el resto del suelo. En primer lugar, retira los listones dañados con cuidado. Para ello, necesitarás un cincel que introducir cuidadosamente en las juntas de los tablones. Hecho esto, deja secar.
3. Coloca nuevas piezas de parquet y perfecciona el acabado
Con el suelo limpio y totalmente seco, ya podemos proceder a colocar los nuevos listones. Para ello, puedes acudir a piezas que te sobraran de la anterior instalación o volver a encargar nuevos. En cualquier caso, habrá que colocar los tableros con cuidado uno a uno, siguiendo el mismo procedimiento de unión de la instalación original. Una vez todos los listones estén colocados y hayan cubierto el hueco, es hora de realizar el acabado del suelo. Para ello, habrá que realizar 2 procesos: lijado y barnizado, en dicho orden. Con una lija para parquet, se iguala toda la superficie asegurándose de que el suelo queda sin desniveles y, a continuación, se barniza dado un par de capas finas de un barniz adecuado al tipo de suelo de parquet que estemos reparando.