Los niños crecen y se desarrollan explorando, experimentando y descubriendo a través de los sentidos.
En las salas multisensoriales, así como en las salas snoezelen, encontramos múltiples elementos que despiertan la curiosidad y motivan al niño o niña a desplazarse.
Estos entornos son espacios seguros y versátiles que facilitan la exploración y en los que se pueden proponer actividades en las que haya componentes como la coordinación, los cambios posturales, el equilibrio, etc.
Pueden proponer actividades de pie si disponen de material blando para que cambien de postura, suban, bajen o se desplacen de forma segura.
Podemos jugar también al alcance de objetos y su exploración, por ejemplo, con elementos muy atrayentes bajo la luz UV, o con objetos sonoros.
En el caso de las salas multisensoriales SHX, éstas cuentan con muchos contenidos pre-diseñados e incluidos en el sistema que se proyectan en una pared y muestran escenas audiovisuales específicas para la etapa temprana.
Las aulas multisensoriales están llenas de oportunidades para activar y reafirmar la causa-efecto.
Un conmutador activa elementos como la fibra óptica, el tubo de burbujas, o en el caso de salas SHX, también activa una proyección en pared con sonido y vibración, luces, viento, pompas de jabón, la vibración de un asiento, o incluso todo a la vez con solo pulsar un botón.
Además de trabajar un sentido en concreto o varios a la vez, las salas sensoriales también promueven y facilitan mucho la comunicación y la interacción social.
Los niños en esta etapa sonríen, mueven la mano, cogen objetos, señalan, miran, responden con sus expresiones faciales o sonidos, etc.
Algunos elementos como los efectos de iluminación que van acorde con la voz ayudan a las primeras fonaciones, y les motiva para emitir sus primeras palabras.
Las salas multisensoriales nos permiten generar muchas actividades con distintos objetivos, estimular los distintos sistemas sensoriales, y compartir momentos relajantes y divertidos juntos.