1. El tipo de luz que empleamos en el dormitorio de un peque tiene un papel fundamental en su capacidad para conciliar el sueño y disfrutar de un descanso reparador.
2. Elegir una iluminación suave y cálida es clave para crear un ambiente relajante en el dormitorio.
3. Las luces con tonos amarillos o anaranjados ayudan a reducir la estimulación visual y a preparar al niño para el descanso.
4. Valora la opción de instalar luces regulables que permiten ajustar la intensidad según las necesidades del momento.
5. Durante la noche, se puede reducir la intensidad de la luz para crear un ambiente más tranquilo y propicio para el sueño.
6. Las bombillas inteligentes son bastante útiles para regular el brillo y, además, poseen una amplia gama cromática.
7. Las luces nocturnas son especialmente útiles para niños que tienen miedo a la oscuridad, ya que ofrecen una sensación de seguridad sin perturbar su descanso.
8. Es importante maximizar la exposición a la luz natural durante el día, bien con paseos o bien desde casa.
9. Abrir las cortinas o persianas para permitir que entre la luz del sol ayuda a regular el reloj biológico del niño y a mantener un ciclo de sueño saludable.
10. Se recomienda realizar siestas diurnas en oscuridad a partir de los 4 meses de edad, ya que esto también les ayuda a regular su ritmo circadiano.