La creación de entornos seguros es esencial para prevenir cualquier tipo de violencia hacia la infancia y la adolescencia. Según la Ley de Protección de la Infancia se entenderá como entorno seguro aquel que respete los derechos de la infancia y promueva un ambiente físico, psicológico y social, incluido en el entorno digital. Este objetivo requiere de la implicación de adultos conscientes y responsables que proporcionen a la infancia y la adolescencia las herramientas necesarias para que puedan identificar situaciones de violencia, expresar su malestar y saber cómo ponerlo en conocimiento de una persona adulta de confianza. Para hacer llegar todos los derechos a cada niño, es esencial prevenir cualquier tipo de violencia hacia la infancia y la adolescencia. Un espacio protector requiere que los niños y niñas sean capaces de pedir ayuda cuando la necesitan, así como adultos más conscientes y responsables de los riesgos. La puesta en práctica de estos materiales comenzará en el curso escolar 2021-2022, con un alcance de aproximadamente 300.000 niñas y niños. Además, desde este enlace puedes descargar unas recomendaciones generales para proteger la seguridad de las niñas, niños y adolescentes en diferentes situaciones.