Una casa autosuficiente se denomina así porque dispone de todo lo necesario para generar por sí misma toda la energía que necesita para su funcionamiento habitual, que a su vez es mucha menos que la de un edificio tradicional.
Así, una casa autosuficiente con placas solares y que aproveche además otras fuentes de energía limpia, como la eólica o la hidrológica, debería poder actuar como una isla energética de aquí a unos años.
Eso sí, como ya hemos dicho, tan importante es que una casa autosuficiente pueda generar su propia energía como encontrar la manera de necesitar la menos posible.
La arquitectura es un buen ejemplo de ello, ya que aprovechar la energía solar pasiva para mantener caliente la casa en los meses más fríos del año es esencial para no necesitar invertir reservas energéticas en calefacción.
Por supuesto, también hay que estudiar soluciones para que los rayos del sol, bienvenidos en invierno, no hagan necesario usar el aire acondicionado en verano.
En este sentido, las casas pasivas juegan con corrientes de aire naturales que actúan como un climatizador natural.
Pensar en cómo hacer una casa autosuficiente eléctricamente va mucho más allá de hacer cuentas para ver cuántas placas solares necesita una casa aislada en términos energéticos.
Hay que saber exactamente qué se necesita para poner en marcha la construcción e, importante, cómo se debe vivir en ella una vez ha sido terminada.
Es necesario saber de arquitectura bioclimática y estudiar qué tipos de materiales son los más apropiados para dar vida a la casa autosuficiente.
La orientación de la casa es vital, ya que de ella dependerá gran parte de la energía que no necesitaremos usar, por ejemplo, para calentar la casa, o para generar nuestra propia energía solar.
Es importante analizar qué tipos de energías renovables es más adecuado utilizar en función de la ubicación de la vivienda.
Ceñirse al presupuesto del que se dispone es esencial, ya que a día de hoy construir una casa eficiente no es la opción más económica.
A todo esto, además, hay que sumarle el hecho de que vivir en una casa eficiente como estas conlleva también un compromiso a nivel personal.
Es decir, la casa autosuficiente tiene un funcionamiento, y es necesario amoldarse a él para que el día a día en este tipo de hogar resulte satisfactorio.
Hay que medir muy bien cuánta energía se utiliza y para qué.
Lo mismo ocurre con el agua, hay que aprender a usar únicamente la que realmente se necesita.
Para tener una casa autosuficiente, en definitiva, basta con disponer de la tecnología necesaria y de la fuerza de voluntad para vivir según sus necesidades.