Una casa de campo autosuficiente es una vivienda situada en un entorno rural que genera por sí misma la energía que consume, incluso, en algunos casos, genera un exceso de energía.
Esto lo logra por dos motivos:
Es una casa pasiva que reduce en un 90% el consumo energético respecto a una vivienda normal, puesto que minimiza la demanda energética de la edificación.
Es una casa que utiliza fuentes de energía renovables y aprovecha los recursos naturales.
Una vivienda sostenible se caracteriza por varios elementos:
La ubicación y orientación están pensadas para aprovechar al máximo el entorno natural (luz natural o agua).
Los materiales de construcción son ecológicos.
Se utilizan fuentes de energía renovables como placas solares, suelo radiante; y sistemas de ventilación
Los electrodomésticos utilizados tienen la calificación energética más eficiente.
El aislamiento y las puertas y ventanas deben contribuir a ahorrar energía.
La construcción de una casa de campo que sea sostenible y autosuficiente requiere considerar aspectos relevantes desde la fase de diseño y elección de materiales a todas las etapas posteriores de construcción.
Los elementos más importantes son los siguientes:
Elección de un equipo especializado
Es esencial que las personas que se ocupen de la construcción tengan experiencia en este tipo de viviendas para garantizar que el proyecto tenga éxito y la casa sea realmente sostenible y pasiva.
El equipo deberá estar compuesto por perfiles multidisciplinares que aporten conocimientos e innovación.
Análisis del terreno y del clima
Es importante hacer un estudio del terreno para ver si existen posibles manantiales subterráneos u otras fuentes de agua.
Además, se debe analizar el clima de la zona a lo largo del año (vientos, temperatura, lluvias, humedad, día de sol).
Estos estudios permitirán definir la orientación de la casa y de las habituaciones y hacer una distribución eficiente de las ventanas, las terrazas o los patios, entre otros elementos.
Elección de materiales
La elección de los materiales para construir la vivienda también es otro punto clave.
Entre los materiales sostenibles más utilizados destacamos los siguientes:
Hormigón autorrecuperable.
El hormigón es uno de los materiales más resistentes y duraderos y si en su composición de utilizan microcápsulas que se rompen para reparar roturas internas, su duración se puede multiplicar.
Es uno de los materiales más utilizados para construir a lo largo de la historia por el aislamiento que proporciona, pero es importante asegurarse de que procede de bosques de gestión sostenible.
Tejas de plástico reciclado.
Son una forma de reutilizar los plásticos y darles una segunda vida para evitar la contaminación.
Corcho.
Es un gran aislante, absorbe la humedad y no acumula electricidad estática.
La clave es que proceda de bosques sostenibles.
Fibras de celulosa hechas de papel reciclado.
También se pueden utilizar como aislantes tanto del frío como del calor.
Aprovechamiento de nuevos sistemas y recursos naturales
En análisis inicial que se realice contribuirá a la construcción de una casa autosuficiente y aportará sistemas para aprovechar los recursos naturales como, por ejemplo:
Aljibes para aprovechar agua de lluvia.
Sistemas para reutilizar el agua de lavado de ropa o de la ducha.
Sistemas solares térmicos
Equipos de ventilación con recuperación de calor
Jardines verticales para proporcionar un ambiente más fresco.
La luz natural, el buen aislamiento y los electrodomésticos eficientes son los tres aspectos más valorados por los futuros compradores de vivienda – Observatorio AEDAS Homes
En definitiva, tener una casa en el campo ya no es sinónimo de aislamiento, sino de sostenibilidad y cuidado del entorno natural, que son tendencias destacadas en la construcción de las viviendas del futuro.