Un buen espacio de trabajo es esencial para el bienestar de las personas y el éxito de las empresas. El lugar de trabajo es un espacio que ocupa una gran parte de nuestra vida. De media, pasamos más de 7 horas diarias en él, por lo que es importante que sea un entorno orientado al bienestar y la productividad. Un buen lugar de trabajo tiene numerosos beneficios para las personas, la empresa y la sociedad en general. Para crear un buen lugar de trabajo, hay que tener en cuenta una serie de factores, divididos en dos tipos: Factores físicos, relacionados con el entorno físico de trabajo, como la ergonomía, la seguridad, los espacios, que influyen en la comodidad, salud y productividad de las personas trabajadoras. Factores psicosociales, como la cultura organizacional, el equilibrio entre vida laboral y personal o las relaciones laborales, que inciden directamente en la motivación, satisfacción y compromiso de las personas que componen la plantilla. Algunos de los factores que podemos trabajar para mejorar los espacios de trabajo son: Ergonomía: Los espacios de trabajo deben ser ergonómicos para garantizar la salud de las personas, con un mobiliario adecuado a las condiciones físicas y necesidades de cada persona del equipo. Seguridad: Los espacios de trabajo deben ser seguros para proteger la salud e integridad de la plantilla. Deben cumplir con la normativa vigente en materia de seguridad y salud laboral. La decoración, la iluminación, la temperatura, el uso de plantas, el uso de la luz natural, los materiales ecológicos o la tecnología también pueden influir en la creación de un ambiente agradable. Un buen lugar de trabajo es aquel que está adaptado al tipo de trabajo que se realiza y proporciona los recursos necesarios para realizar las tareas de manera eficiente. Disponer de espacios diferenciados de colaboración, de concentración, espacios para videollamadas, lugares para comer o hacer una pausa agradable también es importante.