Así pues, la estimulación sensorial hace referencia a la entrada de información a través de los sentidos, la cual se puede potenciar a través de la presentación controlada de estímulos. La estimulación sensorial es fundamental favorecer y facilitar esa entrada de información durante las diferentes etapas del desarrollo del niño, permitiéndole explorar y experimentar el entorno, especialmente durante los primeros años de vida, pues es esta estimulación sensorial la que sentará las bases para el posterior desarrollo cognitivo y madurativo del niño, así como para la construcción de aprendizajes y comprensión del mundo y de sí mismo. Esto se puede lograr a través de diferentes actividades como la estimulación auditiva, visual, táctil, olfativa y gustativa. La estimulación auditiva se puede realizar utilizando juguetes que emitan sonidos o música, hacer sonidos y que el niño los imite, utilizar instrumentos musicales, entre otros. La estimulación visual se puede realizar utilizando juguetes de diferentes colores, tamaños y formas, jugar con espejos y superficies que reflejen la imagen, esconder o tapar juguetes para que el niño los busque, entre otros. La estimulación táctil se puede realizar andando descalzo por superficies diferentes, jugando con plastilina, arena para modelar, slime, o materiales de texturas diferentes, enterrar juguetes en arena para que el niño los busque, entre otros. La estimulación olfativa se puede realizar cocinando con el niño al lado o permitiendo que ayude, exponer al niño a los objetos de diario que emitan olor, asociar olores a cada estación del año, entre otros. La estimulación gustativa se puede realizar introduciendo gradualmente nuevos alimentos y sabores, exponer al niño a sabores salados, dulces, amargos y ácidos, cocinar con el niño al lado, enseñándole los ingredientes que se utilizan, entre otros.