Las áreas peligrosas ATEX se clasifican en zonas. De este modo se facilita la selección y la instalación de todo aparato con un nivel de seguridad idóneo. Existen zonas en las que, por su naturaleza, es muy difícil garantizar que este tipo de explosiones no ocurran y que los aparatos ubicados en el área dejen de ser potenciales fuentes de ignición.
Existen lugares con presencia de gases o vapores inflamables, con diferentes grados de riesgo, como la zona 0, donde intervienen gases, niebla o vapor de manera continua o en periodos de tiempo largos que hacen que la atmósfera sea explosiva, la zona 1, donde existe un funcionamiento normal y se puede dar el caso que aparezca una atmósfera explosiva, y la zona 2, donde existe un funcionamiento, donde es improbable que aparezca una atmósfera explosiva, de hacerlo se da en un periodo de tiempo corto.
También existen zonas con presencia de polvo combustible, como la zona 20, donde se puede producir una atmósfera explosiva por la existencia de polvo combustible en funcionamiento normal, la zona 21, donde la formación de la capa o nube de polvo opera en condiciones normales de trabajo, y la zona 22, donde la presencia de la capa o nube de polvo es improbable, y de ocurrir se da en cortos periodos de tiempo.